En primer lugar lava muy bien los camotes, retira la cáscara y córtalos en pedazos pequeños.
Truco: Procura picar todos los trozos uniformemente, para garantizar que a la hora de cocinarse, lo hagan todos al mismo tiempo.
Coloca al fuego una cacerola mediana. Pon dentro los camotes y vierte agua hasta cubrir. Saboriza con la pimienta dulce, la canela y el azúcar moreno. Mezcla y deja cocinar por unos 20 minutos.
Pasado el tiempo retira los camotes del fuego y colócalos en un recipiente. Reserva el agua de la cocción.
Mientras estén calientes los camotes, májalos hasta conseguir una masa homogénea. Incorpora el agua de la cocción para controlar la consistencia de la masa, que debe ser densa y suave.
En otro recipiente mezcla la harina de trigo, la fécula de maíz, el polvo de hornear y sal al gusto. Tamiza esta preparación y reserva.
Agrega a la masa de los camotes la leche condensada, los huevos, la mantequilla y la vainilla. Mezcla bien para que los ingredientes se integren.
Vierte sobre la masa los ingredientes tamizados anteriormente y mezcla hasta lograr una preparación uniforme.
Precalienta el horno a 1800.
Prepara el molde para hornear embadurnando todo el interior con mantequilla. Auxíliate de un pincel. Espolvorea harina de trigo y distribuye por todo el molde.
Agrega la masa de los camotes al molde para hornear. Coloca las pasas por encima y ¡para el horno!
Hornea la elaboración por 1 hora a 1800C.
Pasado el tiempo retira la torta, ¡qué rico huele! Deja enfriar y sirve con un vaso de leche. ¡Delicioso!